Roma



Con un claro precedente en el arte etrusco, el arte romano recibió una gran influencia del arte griego. Gracias a la expansión delImperio Romano, el arte clásico grecorromano llegó a casi todos los rincones de Europa, norte de África y Próximo Oriente, sentando la base evolutiva del futuro arte desarrollado en estas zonas.
La arquitectura destacó por su carácter práctico y utilitario: grandes ingenieros y constructores, los romanos destacaron en arquitectura civil, con la construcción de carreteraspuentesacueductos y obras urbanísticas, así como templospalacios,teatrosanfiteatroscircostermasarcos de triunfo, etc. Al sistema arquitrabado griego añadieron el uso del arco y la bóveda, con el empleo de silleríaladrillo y mampostería. Utilizaron los órdenes griegos, al que añadieron el orden toscano, de fuste liso y capitel con collarino y equino rematado en un ábaco cuadrado. Entre sus principales obras se pueden recordar el Coliseo, elPanteón de Agripa, el Teatro de Mérida, la Maison Carrée de Nîmes, las Termas de Caracalla, el Acueducto de Segovia, el Arco de Constantino, la Torre de Hércules, etc.
La escultura, inspirada en la griega, se centró igualmente en la figura humana, aunque con más realismo, no les importaba mostrar defectos que eran ignorados por la idealizada escultura griega. Un género muy difundido fue el retrato, con gran detallismo y fidelidad en los rasgos, perceptible en el uso del trépano para producir claroscuro y en el hecho de grabar laspupilas. Más idealizados son los retratos de los emperadores, realizados en tres versiones: togata, como patriciothoracata, como militar; y apoteósica, como divinidad. Destacó especialmente el relieve, en temas históricos o religiosos, como vemos en el Ara Pacis de Augusto, en el Arco de Tito y en la Columna Trajana.
La pintura es conocida sobre todo por los restos hallados en Pompeya, donde se perciben cuatro estilos: el de incrustación, que imita el revestimiento en mármol; el arquitectónico, llamado así por simular arquitecturas; el ornamental, con arquitecturas fantásticas, guirnaldas y amorcillos; y el fantástico, mezcla de los dos anteriores, con paisajes imaginarios, variadas formas arquitectónicas y escenas mitológicas. También destacó el mosaico, en opus sectile, de formas geométricas, u opus tesellatum, con pequeñas piezas que forman escenas figurativas, como El sacrificio de Ifigenia en Ampurias o La batalla de Isos en Nápoles.
La literatura romana recibió como en el resto de las artes la influencia griega, de la que adoptaron técnica y géneros; la principal innovación latina fue el concepto de «estilo» que los romanos aplicaron a sus obras. Si bien su producción no fue de gran calidad –en el aspecto estético-literario–, la obra de los autores latinos ha ejercido una gran influencia en la literatura occidental, por su ascendiente sobre la literatura cristiana y medieval, y debido a que el latín fue el origen de las lenguas vernáculas habladas posteriormente en muchos lugares de Europa. Cultivaron los mismos géneros que los griegos, destacando en poesía LucrecioVirgilioHoracio y Ovidio; en prosa, Petronio y Apuleyo; en oratoria, Cicerón ySéneca; en historiografíaSalustioTácito y Tito Livio.
El teatro romano recibió la influencia del griego, aunque originalmente derivó de antiguos espectáculos etruscos, que mezclaban el arte escénico con la música y la danza: tenemos así los ludiones, actores que bailaban al ritmo de las tibiae –una especie de aulos–; más tarde, al añadirse la música vocal, surgieron los histriones –que significa «bailarines» en etrusco–, que mezclaban canto y mimo (las saturae, origen de la sátira). Al parecer, fue Livio Andrónico –de origen griego– quien en el siglo III a. C. introdujo en estos espectáculos la narración de una historia. El ocio romano se dividía entre ludi circenses (circo) y ludi scaenici (teatro), predominando en este último el mimo, la danza y el canto (pantomima). Como autores destacaron Plauto y Terencio. La música romana nos es desconocida, igual que la griega. Tan sólo Cicerón habla un poco de ella en sus escritos. Al parecer, la época de mayor esplendor fue el reinado de Nerón, que favoreció notablemente la música –él mismo tocaba la lira–. La música romana pasó a la iglesia cristiana primitiva.